Tuesday, June 10, 2025

La Criminología en Acción

 

La criminología y su papel en las políticas públicas: de la teoría a la acción en un mundo cada vez más complejo y globalizado, la seguridad ciudadana y la prevención del delito se han convertido en prioridades fundamentales para los Estados. En este contexto, la criminología emerge no solo como una disciplina académica, sino como una herramienta estratégica para el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas eficaces.

1. Criminología como herramienta analítica y predictiva

La criminología, entendida como el estudio científico del delito, sus causas, efectos y formas de control, ofrece un marco teórico y metodológico que permite analizar fenómenos delictivos con profundidad. Esta capacidad analítica es esencial para identificar los factores estructurales y situacionales que propician la criminalidad: pobreza, exclusión social, desigualdad, falta de oportunidades, entre otros.

 Guardiola Lago, M. J., Padró‑Solanet, A., Quintero Olivares, G., Tamarit Sumalla, J. M., & Villacampa Estiarte, C. (2016) Mencionan que además, la criminología tiene una función predictiva. A través de modelos como la criminología ambiental, del desarrollo o la teoría de las actividades rutinarias, se pueden anticipar patrones delictivos, identificar zonas de riesgo y prever comportamientos criminales. Esta capacidad predictiva permite a los gobiernos diseñar políticas preventivas más focalizadas y eficaces, como la vigilancia estratégica, la intervención temprana en jóvenes en riesgo o el rediseño urbano para reducir oportunidades delictivas.

El modelo sistémico de Easton, ampliamente citado en el análisis de políticas públicas, sitúa a la criminología como una disciplina que alimenta cada fase del ciclo de políticas: desde la identificación del problema hasta la evaluación de resultados

2. De la criminología académica a la aplicada: integración en decisiones públicas

Históricamente, la criminología ha sido una disciplina académica centrada en la producción de conocimiento. Sin embargo, en las últimas décadas ha evolucionado hacia una criminología aplicada, orientada a resolver problemas concretos de seguridad y justicia. Esta transición implica una colaboración más estrecha entre investigadores, responsables políticos y operadores del sistema penal.

Según Aguilera Portales, R. E., & González Cruz, J. (2011). Mencionan los siguientes ejemplos de integración práctica:

·       Prevención situacional del delito: Basada en teorías como la de las ventanas rotas o el diseño ambiental (CPTED), esta estrategia se ha aplicado en ciudades para rediseñar espacios públicos, mejorar la iluminación, eliminar puntos ciegos y aumentar la vigilancia natural, reduciendo así la criminalidad.

·       Justicia juvenil: La criminología del desarrollo ha demostrado que las trayectorias delictivas pueden modificarse con intervenciones tempranas. Esto ha llevado a la creación de programas de mentoría, educación y apoyo psicosocial para jóvenes en riesgo.

·       Políticas de seguridad ciudadana: En países como España y México, los criminólogos han participado en la elaboración de planes nacionales de seguridad, aportando diagnósticos basados en evidencia y evaluaciones de impacto.

·       Asistencia a víctimas: La criminología victimológica ha influido en la creación de programas de atención integral a víctimas del delito, reconociendo su papel central en el sistema de justicia.

En todos estos casos, el conocimiento criminológico se traduce en decisiones públicas concretas, legitimadas por su base científica y orientadas a resultados medibles.


Este video de Soberanes, S. (2021)., ofrece una visión clara y concisa sobre la relación entre la criminología y las políticas públicas. Explica cómo el conocimiento criminológico no solo sirve para entender el delito, sino también para diseñar estrategias de prevención y evaluación de políticas de seguridad. Es una reflexión útil tanto para estudiantes como para profesionales, ya que resalta la importancia de aplicar la teoría a la práctica con base en evidencia, siempre considerando el contexto social y los derechos humanos.

3. Evaluación de políticas criminológicas: el rol del criminólogo

Una política pública no puede considerarse exitosa si no se evalúa su impacto. La evaluación es una fase crítica del ciclo de políticas, y aquí el criminólogo desempeña un papel fundamental.

¿Qué implica evaluar una política criminológica?

Evaluar significa medir si una política ha cumplido sus objetivos, si ha sido eficiente en el uso de recursos, si ha generado efectos no deseados y si es sostenible en el tiempo. Para ello, se utilizan indicadores cuantitativos (reducción de delitos, reincidencia, percepción de seguridad) y cualitativos (satisfacción de usuarios, respeto a derechos humanos, legitimidad institucional).

Modelos de evaluación:

·       Top-down (de arriba hacia abajo): Se centra en los objetivos definidos por los diseñadores de la política. Evalúa si se cumplieron las metas establecidas desde el poder central.

·       Bottom-up (de abajo hacia arriba): Considera la experiencia de los actores que implementan la política (policías, trabajadores sociales, jueces, etc.) y de los beneficiarios. Este enfoque permite detectar problemas prácticos y ajustar la política en tiempo real

Funciones del criminólogo en la evaluación:

·       Diseñar metodologías de evaluación rigurosas.

·       Recolectar y analizar datos empíricos.

·       Interpretar resultados y proponer mejoras.

·       Garantizar que las políticas respeten los derechos fundamentales y no generen efectos adversos, como discriminación o criminalización excesiva.

En este sentido, el criminólogo actúa como un puente entre la ciencia y la política, asegurando que las decisiones públicas estén basadas en evidencia y orientadas al bien común.

               Hacia una política criminal basada en evidencia

La relación entre criminología y políticas públicas es cada vez más estrecha y necesaria. En un contexto donde los recursos son limitados y las demandas sociales son crecientes, los Estados necesitan diseñar políticas criminales eficaces, eficientes y justas. Para ello, deben apoyarse en el conocimiento que ofrece la criminología.

Pasar de una criminología meramente académica a una aplicada implica reconocer que el saber científico puede y debe transformar la realidad. Y en este proceso, el criminólogo no es solo un observador, sino un actor clave en la construcción de sociedades más seguras, equitativas y respetuosas de los derechos humanos.

 Referencias Bibliograficas

Aguilera Portales, R. E., & González Cruz, J. (2011). Política criminológica y seguridad pública: Un análisis alternativo desde la criminología crítica [PDF]. Universidad Nacional Autónoma de México. https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3104/6.pdf

Guardiola Lago, M. J., Padró‑Solanet, A., Quintero Olivares, G., Tamarit Sumalla, J. M., & Villacampa Estiarte, C. (2016). Evaluación y análisis de políticas públicas en la política criminal (2ª ed., Módulo 6). En Política criminal. Oberta UOC Publishing. Recuperado de https://openaccess.uoc.edu/server/api/core/bitstreams/3cd72491-844c-4a74-97df-b06652e1c72a/content

Soberanes, S. (2021). Relación entre políticas públicas y la Criminología [Video 1]. YouTube. https://youtu.be/vNYpJorRTFY


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