La criminología ha dejado de ser una disciplina exclusivamente académica para convertirse en un eje fundamental de las políticas públicas. Las problemáticas criminológicas, como el delito, la violencia y la inseguridad, son hoy temas centrales en la agenda política y mediática. Esta transformación implica reconocer que el delito no es una realidad objetiva, sino una construcción social que responde a contextos históricos, culturales y políticos específicos (Baratta, 2004).
Desde
una perspectiva crítica, el delito no es simplemente una conducta prohibida por
la ley penal, sino una categoría socialmente construida. Esto significa que lo
que una sociedad considera delito depende de múltiples factores: valores
culturales, intereses económicos, relaciones de poder y dinámicas históricas
Por
ejemplo, conductas como el consumo de drogas o el aborto han sido
criminalizadas en algunos contextos y despenalizadas en otros. Esta
variabilidad demuestra que el delito no es una categoría universal, sino una
etiqueta que se asigna a determinadas conductas en función de intereses
sociales y políticos.
Además,
la criminalización suele estar sesgada. Grupos vulnerables como jóvenes de
sectores populares, minorías étnicas o personas en situación de pobreza suelen
ser más vigilados, controlados y castigados
El
delito como problema público
Cuando
una problemática criminológica se convierte en un tema de preocupación
colectiva, pasa a formar parte de la agenda pública. Esto ocurre cuando los
medios de comunicación, la opinión pública o los actores políticos visibilizan
ciertos delitos como amenazas a la seguridad o al orden social
Este
proceso de “problematización” del delito implica:
Definir
el problema: ¿Qué se considera delito y por qué?
Asignar
responsabilidades: ¿Quiénes son los responsables del delito?
Proponer
soluciones: ¿Qué medidas deben tomarse para enfrentar el problema?
La
forma en que se define y aborda el delito influye directamente en las políticas
públicas que se diseñan e implementan. Por eso es fundamental analizar
críticamente los discursos que circulan en torno al delito y sus implicaciones
sociales.
Enfoques
de política pública frente al delito
Las
políticas públicas en materia criminológica pueden adoptar distintos enfoques,
que responden a visiones diferentes sobre el delito, la justicia y la
seguridad. A continuación, analizamos los tres enfoques principales:
preventivo, punitivo y restaurativo.
1.
Enfoque preventivo
El enfoque preventivo busca evitar que el delito ocurra. Parte del supuesto de que es posible intervenir en las causas sociales, económicas y culturales que generan comportamientos delictivos Palacios, G. S. (s.f.).
Este enfoque se basa en estrategias como:
- Prevención social: programas educativos, inclusión social, fortalecimiento comunitario.
- Prevención situacional: diseño urbano seguro, iluminación pública, cámaras de vigilancia.
- Prevención temprana: intervención con niños y jóvenes en riesgo, apoyo familiar, orientación escolar.
· La
prevención es una estrategia a largo plazo que requiere inversión en políticas
sociales y participación comunitaria. Aunque sus resultados no son inmediatos,
es una de las formas más efectivas y sostenibles de reducir la criminalidad.
2.
Enfoque punitivo
El
enfoque punitivo se centra en la sanción del delito ya cometido. Parte de una
lógica retributiva (el castigo como forma de justicia) y disuasiva (el castigo
como forma de prevenir futuros delitos)
· Este enfoque se traduce en políticas como:
- Endurecimiento de penas
- Aumento de la presencia policial.
- Construcción de cárceles.
- Tolerancia cero.
Aunque
puede generar una sensación de control y respuesta rápida, el enfoque punitivo
tiene limitaciones importantes. Las cárceles suelen estar sobrepobladas, no
rehabilitan y muchas veces reproducen la violencia. Además, este enfoque no
aborda las causas estructurales del delito.
El
video Criminología
y Sociedad. (2021) “Problemáticas criminológicas como objeto de
política pública” ofrece una introducción accesible y bien estructurada a los
principales enfoques que guían las políticas públicas en materia de
criminalidad. A través de un lenguaje claro y ejemplos pertinentes, se explican
las diferencias entre los enfoques preventivo, punitivo y restaurativo,
destacando sus objetivos, métodos y limitaciones.
Además,
el video subraya cómo el delito no es solo una cuestión legal, sino también una
construcción social influida por factores culturales, políticos y mediáticos.
Esta perspectiva permite comprender por qué ciertas conductas son
criminalizadas y otras no, y cómo estas decisiones impactan en la formulación
de políticas públicas.
3.
Enfoque restaurativo
El
enfoque restaurativo propone una visión alternativa de la justicia. En lugar de
centrarse en el castigo, busca reparar el daño causado por el delito, restaurar
las relaciones sociales y promover la reconciliación
Este
enfoque se basa en principios como:
- · Participación
activa de la víctima, el infractor y la comunidad.
- · Reconocimiento
del daño y responsabilidad del infractor.
- · Reparación
simbólica o material del daño.
- · Reintegración
social del infractor.
La justicia restaurativa se aplica en casos de delitos menores, conflictos comunitarios o en contextos de justicia juvenil. Ha demostrado ser eficaz para reducir la reincidencia y fortalecer el tejido social
El
delito en la agenda pública
La
forma en que el delito entra en la agenda pública no es neutral. Muchas veces,
los medios de comunicación y los discursos políticos construyen una imagen
alarmista del delito, generando miedo y demandas de mano dura (Wacquant, 2001).
Este
fenómeno, conocido como “populismo punitivo”, lleva a políticas reactivas,
basadas en el castigo y el control, que no necesariamente resuelven el problema
de fondo. Además, puede usarse con fines electorales, desviando la atención de
otros problemas estructurales como la pobreza, la desigualdad o la corrupción.
Por
eso es fundamental promover una ciudadanía crítica, que cuestione los discursos
hegemónicos sobre el delito y exija políticas públicas basadas en evidencia,
derechos humanos y justicia social.
Las
problemáticas criminológicas son complejas y multifactoriales. Abordarlas como
objeto de política pública requiere una mirada integral, que combine
prevención, sanción y reparación. También exige reconocer que el delito es una
construcción social, influida por intereses y relaciones de poder.
Frente
a los desafíos actuales, es necesario avanzar hacia políticas públicas que no
solo castiguen, sino que prevengan y restauren. Solo así podremos construir
sociedades más justas, seguras y solidarias.
Referencias Bibliográficas
Baratta, A. (2004). Criminología
crítica y crítica del derecho penal. Siglo XXI Editores https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2014/12/doctrina35729.pdf
Criminología y
Sociedad. (2021, 6 de octubre). Problemáticas
criminológicas como objeto de política pública [Video 1]. YouTube. https://youtu.be/oC9WXo-xyAE
Palacios, G. S. (s.f.). Criminología contemporánea. Universidad del Pacífico. https://biblioteca.unipac.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/1.-CRIMINOLOGIA-CONTEMPORANEA-GERARDO-S-PALACIOS.pdf
Wachtel, T. (2016). En busca de un paradigma: Una
teoría sobre justicia restaurativa. International Institute for
Restorative Practices. [Imagen 1] https://www.iirp.edu/news/en-busca-de-un-paradigma-una-teoria-sobre-justicia-restaurativa

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